Lo primero que debemos saber es que no se trata de algo nuevo, ya desde los años 70 se han venido utilizando este tipo de figuras jurídico-financieras.
Se trata de un contrato complejo, como una especie de seguro, que se suele utilizar por determinadas empresas cuando invierten o compran a crédito y que les sirve para compensar posibles subidas o bajadas de unos tipos de interés límite.
Desde el punto de vista práctico para la gente que tiene hipoteca se puede definir como “un contrato firmado junto con el del préstamo hipotecario en el cual, el hipotecado se asegura pagar un interés fijo máximo durante un periodo de tiempo, el banco abona la diferencia cuando el Euribor es superior al tipo de referencia pactado, pero si el Euribor está por debajo del tipo de referencia pactado le tocará al hipotecado compensar la diferencia.”
¿Dónde está el problema? Pues que el cliente cuando ha ido a firmar no ha sido informado adecuadamente sobre la contratación de este producto, su funcionamiento y consecuencias. En la mayoría de los casos se decía al cliente que eran seguros frente a posibles subidas de tipos y que ocultaban con diferentes nombres como “seguro de cobertura, bono clip, cuota segura o permuta financiera”.
Contratar una hipoteca con swap solamente es rentable si el Euribor está en mínimos y va a subir, en cambio, cuando están altos y se espera que baje, como pasó y sabían las entidades financieras, contratar estos productos es carísimo, ya que implica un coste adicional al de la hipoteca.
Por tanto, dada su complejidad no se considera un producto para particulares y, menos aún, si no se ha sido informado adecuadamente de su funcionamiento y riesgos.
Espero que este breve artículo os ayude a entender mejor este producto!!!!!
Si tenéis cualquier duda o queréis saber más ya sabéis que podéis pedir cita previa mediante el contacto de la web o llamando al teléfono 923 06 04 43.
Julio Guerrero.